No es para las personas que solo buscan perder peso y quieren transpirar
Los bioejercicios femeninos, una práctica milenaria que tiene similitudes con el yoga y el tai chi chuan, estimulan los puntos energéticos propios del cuerpo para aliviar el estrés, mejorar la circulación de las piernas y hasta combatir el dolor menstrual.
No son aeróbicos, ni gimnasia modeladora, ni step. Para aquellos que no encuentran un buen motivo para ir al gimnasio, hay una nueva opción. Aunque tiene algunos puntos de contacto con el yoga o el tai chi chuan, se llama bioejercicios femeninos y es una técnica que se distingue de todo lo conocido.
El rasgo distintivo es que tiene en cuenta las particularidades anatómicas de la mujer y el recorrido energético, que tiene mucho que ver con el aparato genital y el ciclo menstrual. Los movimientos mejoran la circulación sanguínea y la concentración mental.
Armonía y fluidez
Origen Los bioejercicios femeninos tienen sus orígenes en culturas milenarias como la oriental y precolombina. La secuencia básica, conocida como pasos para mujeres, suele distribuir y acumular energía.
Energía
El útero, que cumple la doble función de acoger y transportar, es el centro energético más importante de la mujer. Debido a esto, es fundamental fortalecer los músculos de la pelvis, los cuales protegen los órganos genitales femeninos. Está acostada. Aprender a tomar contacto con el piso es lo primero que se aprende. La mayoría de los bioejercicios se enfocan en el trabajo horizontal, lo que nos permite conectarnos con el flujo natural que se encuentra en la tierra. Volpe afirma que es un lenguaje único en el que lo más importante es el movimiento fluido.
Beneficios adicionales
Los bioejercicios mejoran el estado anímico y te hacen sentir bien.
Son revitalizantes y ayudan a contrarrestar el estrés y la fatiga. Trabajan las articulaciones y mejoran la circulación sanguínea en las piernas. Distienden la cintura y la base del cráneo, que se contracturan con frecuencia como resultado de las malas posturas y el estrés y causan un fuerte dolor.
Revitalizan la textura y la luminosidad de la piel al estimular la circulación
Como resultado, mejoran la postura y, con el tiempo, modelan el cuerpo. Son una buena opción para mejorar su rendimiento en actividades que requieren más esfuerzo, como las artes marciales y las danzas clásicas, donde se requiere más esfuerzo.
Esta técnica integral también destaca por trabajar sobre el cuerpo como un todo, en lugar de solo sobre las fibras musculares.
Este ejercicio es muy completo y logra una relajación activa. Una actividad que involucra lo físico y lo emocional, la tranquilidad y el movimiento. La combinación es beneficiosa, especialmente para aquellas mujeres que tienen estrés y no disfrutan de saltar constantemente.
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